Si bien el lugar no tiene nada que presumir (muy austero e incluso cochambroso) y el servicio es bastante distraído, en mi opinión vale la pena para quienes quieren aventurarse a probar sabores diferentes y comer el tradicional barbecue coreano de rib eye, costilla de res o camarones acompañado de verduras y salsas y que cada comensal prepara en una parrilla al momento.
Ideal para: comidas entre compañeros de trabajo, parejas, amigos, familias.