Aunque la zona no es nada agraciada, vale la pena el traslado a esta catedral de la sopa seca de natas.
Un lugar modesto y simple que también ofrece excelentes desayunos y genuinos platillos mexicanos ejecutados con honestidad por el chef Vázquez Lugo, todo un experto en su negocio.
Bien pensada carta de vinos.
Recomendables: tamal de camarón, manchamanteles, conejo en pasilla, cerdo en adobo.
Domingos cerrado.
Ideal para:desayunos y comidas familiares o de grupos de amigos.