Acogedor spot con buena vibra y agradable terraza que se ha convertido en consentido de comensales habituales de las Lomas de Chapultepec por su atmósfera casual, servicio personalizado y honesta comida de marcada influencia mexicana (aunque su barra de ostras queda a deber).
Entre mis favoritos del menú: costras de camarón (imperdibles), jaiba suave, salmón con mole y pastel de plátano con cajeta.
Ideal para: comidas entre compañeros de trabajo o en plan familiar; cenas de parejas y grupos de amigos.