Con espléndida vista al parque Los Berros, este restaurante instalado en una edificación de elegante influencia colonial ofrece pastas y alimentos a la parrilla.
Se ha labrado un lugar preponderante desde 2006 gracias a su sentido de la innovación, con interesantes cartas de platillos y bebidas.
En el menú hay un apartado con las recomendaciones del chef, con atractivas opciones como el rack de cordero de Nueva Zelanda, a las finas hierbas, en costra de chapata y parmigiano reggiano, y el corazón de filete mignon, perfumado con una reducción de vino de postre Pedro Ximénez, enrollado con cinturón de tocino sobre una cama de hongos.